El diario de Ana Frank se ha convertido en una lectura emblemática, en un símbolo del horror que sufrieron los judíos perseguidos por los nazis. Pero en esa obra también había espacio para el humor, incluso para el más obsceno. Y, ahora, investigadores de la Casa Museo de Ana Frank en Ámsterdam, ha. descubierto dos páginas desconocidas del diario, que la niña utilizó para escribir chistes «guarros» y comentarios sobre sexo.

La propia Ana Frank había ocultado esas páginas pegando sobre ellas papel de embalar de color marrón oscuro. Pero, ahora, las nuevas tecnologías han permitido descubrir por fin lo que estaba escrito en ellas. Nada más comenzar, la propia Ana explica que va a utilizar dichas páginas para escribir «chistes sucios».

«Un hombre estaba casado con una mujer muy fea y por eso no quería tener relaciones con ella. Pero, un día, al llegar a casa la vio en la cama con su mejor amigo, y se dijo…. Si a él le gusta, a mi también», es uno de los chistes que escribió la niña y que, seguramente resulten un tanto machistas vistos con la sensibilidad actual.

Pero Ana también habla de temas más serios. Como la prostitución. Explica que ha oído que en París dicha profesión se ejerce en casas especializadas y que ella cree que su padre, que había viajado a la capital francesa, las había visitado. Y se refiere también a las relaciones de su padre con una antigua amante.

Conviene recordar que, inicialmente, el diario se publicó censurado por Otto Frank el padre de Ana, y único superviviente de la familia, quien omitió las menciones que la niña había hecho a las malas relaciones que mantenía con su esposa. Por ese motivo, no es extraño que, hasta ahora, hayan seguido apareciendo fragmentos que habían sido suprimidos por el patriarca de los Frank.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López