Napoleón medía 1,69 metros. De acuerdo que no era tan alto como un jugador de baloncesto, pero tampoco era demasiado bajito. Pese a ello, parece ser que estaba algo acomplejado por su estaruda. De hecho, se le atribuye una frase que, al parecer, le dijo, a otro general de más estatura: «Puedes ser más alto, pero yo soy más grande». Sea como sea, lo cierto es que se ha acuñado el término de complejo de Napoleón para referirse a aquellas personas que estando acompeljadas por su estatura, tienden a comportarse de forma más agresiva. Pero, ¿tiene algún fundamento este mito?

Para intentar comprobarlo, un equipo del Department of Experimental and Applied Psychology, Vrije Universiteit Amsterdam, ha realizado un experimento que ha revelado que los hombres más bajitos (o algunos de ellos) tal vez no sean más agresivos en el sentido estricto del tema, pero si pueden ser más competitivos cuando hay que pelear por los recursos.

Los investigadores realizaron la primera parte del experimento con un grupo de hombres y mujeres de estatura algo menor a la media, y que si sentían un cierto grado de complejo (se excluyó a personas bajitas sin complejo alguno). Les hicieron competir por parejas, dándoles a cada uno un puñado de monedas. Cada uno tenía que decidir cuantas se quedaba para sí mismo, y cuantas dejaba para su oponente (si es que dejaba alguna). Y lo que observaron es que los hombres fueron más avariciosos y se quedaron con una mayor cantidad de monedas. Mientras que en las muejres no se observó el mismo resultado, y mostraron ser más equitativas.

En la segunda parte del experimento se puso a competir a los hombres bajitos con otros de su misma estatura y con otros mucho más altos. Y lo que se observó es que los voluntarios tendían a quedarse con más monedas para ellos, cuando su oponente era alguien de mayor estatura.

Pero, en cambio, cuando repitieron el experimento, añadiendo una variación (los oponentes de más estatura recibirían un castigo físico si les dejaban menos de la mitad de las monedas), los voluntarios bajitos cambiaorn su actitud y fueron más generosos.

Por supuesto, se trata siemplemente de un experimento observacional, y no permite sacar conclusiones definitivas, pero parece demostrar que podría haber una tendencia en lalgunos hombres más o menos acomplejados por su estatura, a tratan de compensar ese complejo mostrándose más compeititivos a la hora de pelear por los recursos. Pero, siempre que esa lucha no implique daño físico para su oponente.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López