El yacimiento de Longobard, situado al norte de Italia, es el lugar en el que aparecieron estos restos humanos. Su antigüedad ha sido datada en torno al siglo VIII de nuestra era, y pertenecieron a un varón lombardo de unos cincuenta años de edad. Pero lo que más ha llamado la atención de los arqueólogos es que el hombre sufrió la amputación de parte del brazo izquierdo, y que en su sepultura ha aparecido lo que parecer ser una prótesis con forma de cuchilla.

El análisis de los restos ha revelado que las muelas del lado izquierdo estaban más desgastadas, lo que parecer encajar con el acto de hacer fuerte con los dientes a la hora de apretarse las correas de la prótesis. Además, también hay un desgaste anormal en el hombro izquierdo, causado probablemente por el esfuerzo extra que tuvo que realizar al manejar la prótesis.

Dado que los lombardos eran un pueblo eminentemente guerrero, los investigadores piensan que aquel hombre fue un soldado, y que usaba dicha prótesis en combate. Aunque lo que más fascina a los arqueólogos es que fuera capaz de sobrevivir a la gravísima amputación que sufrió.

Fuente: ScienceAlert.

Vicente Fernández López