La admisión a trámite de una proposición de ley para derogar la llamada prisión permanente revisable ha vuelto a situar en el primer plano de la actualidad el tema de la reinserción penitenciaria. ¿Funcionan los programas destinados a este fin? ¿Es realmente elevada la cifra de reos que reinciden al salir de la cárcel, o se trata de una percepción negativa creada a partir de los casos más mediáticos? Para intentar aclarar un poco estas dudas, en Quo nos hemos puesto en contacto con el jurista y criminólogo Javier Nistal Burón, Subdirector General de Tratamiento y Gestión Penitenciaria de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias .

Pregunta. Entre muchos ciudadanos está extendida la idea de que la reinserción penitenciaria no acaba de funcionar del todo en España, de que son muchos los delincuentes que vuelven a reincidir una vez que han salido en libertad tras cumplir su condena. Pero, ¿hay algo de cierto en ello?

Javier Nistal Burón. Podría decirse que ee una verdad a medias. O una mentira a medias, según se quiera ver. Los datos revelan que el índice de reincidencia en España está en torno al 31%, que no es desde luego una cifra muy baja. Pero tampocoes excesivamente alta. De hecho, si se le da la vuelta, significa que el 69% de los ex reclusos se reinsertan con éxito en la sociedad. Y esa si es una cifra alta, aunque no todo lo que desearíamos.

Pregunta. ¿Por qué existe entonces esa percepción tan negativa hacia las políticas de reinserción?

Respuesta. Sin duda, los casos más mediáticos de delincuentes que vuelven a reincidir tienen un gran impacto sobre el público y contribuyen a crear esa sensación de que la reinserción no funciona. Lamentablemente, casi nunca se habla de las historias de los miles de ex reclusos que si logran rencontrar un trabajo y dejar atrás su pasado.

Pregunta. ¿Qué es lo que sería necesario hacer para reducir aún más ese 31% de reincidentes?

Respuesta. Sinceramente, creo que a nivel penitenciario se están haciendo las cosas bien, que los programas que se están desarrollando son los correctos. El problema es que cuando el recluso abandona la cárcel es cuando comienza realmente el proceso de reinserción, pero a partir de ese momento las instituciones penitenciarias ya no podemos hacer nada más. Falta quizás reforzar las políticas de ayuda post penitenciaria. Existen algunas como la prestación social o por desempleo para ex reclusos. Pero es un terreno en el que se debe seguir trabajando. Y tampoco hay que olvidar que además es el propio preso que acaba de salir en libertad quien tiene que poner de su parte para hacer ese gran esfuerzo que supone rehacer una vida.

Pregunta. ¿Qué programas se desarrollan en prisión con vistas a lograr la reinserción de los reclusos?

Respuesta. Básicamente están divididos en dos bloques. El primero de ellos está destinado a suplir las carencias sociales y emocionales. Aquí se incluyen programas psicopedagógicos para intentar corregir conductas relacionadas con temas como la violencia de género o para aprender a gestionar la solución de conflictos. Y el segundo está destinado a corregir las carencias laborales, económicas y educativas que pueden influir en el delito. Por eso, existe también la posibilidad de aprender oficios o estudiar carreras. Quizás es un poco exagerado decir que en prisión se puede entrar siendo casi analfabeto y salir siendo catedrático, pero si es cierto que existe la posibilidad de estudiar casi cualquier carrera.

Pregunta. ¿Es voluntario apuntarse a esos programas? Y, ¿cuántos relcusos participan actualmente en ellos?

Respuesta. Son totalmente voluntarios, y calculamos que actualmente hay alrededor de 13.000 presos participando en ellos (la población reclusa española está en torno a las 60.000 personas). Aunque nosotros no disponemos de la cifras de los presos apuntados a programas similares en las prisiones catalanas.

Vicente Fernández López