La presencia de Eva Marie Saint ha sido una de las más comentadas en la gala de los premios Óscar. La actriz de 93, que lució esplendorosa, fue la encargada de entregar el premio al mejor vestuario. Para quien sea aficionado al cine, la trayectoria de esta gran intérprete no necesita presentación, pero seguramente las generaciones más jóvenes no tengan muy claro quien es.

Eva Marie Saint fue una de las intérpretes estadounidenses más brillantes y con más talento de los años 50 y 60, y fue célebre también por su elegante belleza. Estudió en el Actor’s Studio, y saltó a la fama por ser la protagonista femenina de la legendaria película de Elia Kazan La ley del silencio, por la que ganó el Óscar a la mejor actriz de reparto. Pero, además, en su filmografía brillan títulos tan soberbios como Con la muerte en los talones, de Alfred Hitchcock, Éxodo, de Otto Preminger, La noche de los gigantes de Robert Mulligan, o Un sombrero lleno de lluvia, de Fred Zinneman.

Pero su presencia en la ceremonia también nos trae el recuerdo de una época en las que los óscars los ganaban obras maestras como la cita da La ley del silencio (que se llevó ocho galardones, entre ellos el de mejor película), Los mejores años de nuestra vida, Lawrence de Arabia, Marty o Eva al desnudo.

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Hagamos un ejercicio de sinceridad y pensemos si alguien recuerda la mayoría de las películas ganadoras que han triunfado desde mediados de los 90 (salvo Titanic, Gladiator y alguna más que, sin estar mal, tampoco eran comparables a las citadas). Más aún. ¿Alguien recuerda cuál fue la que ganó el año pasado? Y no, no fue La la land. Fue Moonligth. Sin duda, un buen filme, pero también creemos que lejos del poderío de los triunfadores de antaño.

No es nuestra intención caer en el típico «ya no se hacen películas como las de antes». Se sigue haciendo muy buen cine, aunque ya no suele ser el que se asoma al escaparate de los grandes premios.

Vicente Fernández López