A estas alturas pretender que algo sea cien por cien original, es tan absurdo como imposible. Hemos leído tantos libros, visto tantas películas y escuchado tanta música, que cualquier obra mostrará en mayor o menor medida algunas de esas influencias. Y eso es algo que no tiene absolutamente nada que ver con el plagio.

La forma del agua, la nueva película de Guillermo del Toro, es la cinta que acapara más nominaciones para los premios Oscar 2018. Se está hablando mucho del mito de la Bella y la Bestia para referirse a la inspiración de este filme, pero lo cierto es que la película del director mexicano tiene otra fuente de inspiración más cercana: una antigua y deliciosa película titulada La mujer y el monstruo.

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Este pequeño clásico del cine fantástico fue dirigido por Jack Arnold en 1954 y, como se ve, también está protagonizado por una criatura acuática, cuya apariencia es bastante similar a la del filme de Del Toro. Además, la cinta de Arnold también era, a su manera, otra revisitación del mito de la Bella y la Bestia.

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Las similitudes acaban ahí, ya que ambas películas tienen un tono y un desarrollo diferente. Y, a diferencia de la cinta clásica, cuya heroína estaba encarnada por la bellísima Julie Adams (inolvidable con ese bañador blanco), el director mexicano ha preferido que en la suya ese rol recaiga en un personaje menos agraciado físicamente, e interpretado por una caracterizada Sally Hawking.

Vicente Fernández López