Quienes se suban a un autobús público en Londres puede que acaben oliendo a café recién hecho allá por donde vayan… y no, no hay un bar dentro de estos vehículos. Al parecer, la empresa encargada de su gestión utiliza en varios de ellos un carburante fabricado a partir de los restos de café usado de cafeterías así como de de fábricas de café instantáneo. ¿Para qué tirarlo a la basura si nos puede ser de gran ayuda?

A pesar de que los más de 9.500 autobuses de la capital británica ya usan biocarburantes producidos a partir de restos de grasa de cocina o de sebo del procesamiento de carne, se trata de la primera experiencia en utilizar este tipo de de biocombustible. La empresa biotecnológica Bio-bean apunta que ya ha conseguido producir el necesario para que un autobús funcione durante todo un año, lo que supone una media de unos 6.000 litros de “carburante de café”.

Pero, ¿cuántos cafés son necesarios para dar con tal cantidad? En concreto, la compañía Bio-bean calcula que se ha logrado gracias al consumo de más de 2 millones y medio de tazas de café: “Esto es un gran ejemplo de lo que se puede llegar a conseguir cuando nos replanteamos que la basura también puede ser una fuente de combustible”, apunta el fundador de la empresa suministradora del combustible, Arthur Kay. Para que os hagáis una idea, en Londres se genera una media de 200.000 toneladas de posos de café al año.

Fuente: BBC

Fuente imagen: Flickr by kevinpoh

Alberto Pascual García