Que quede bien claro, antes de nada, que el oro sigue siendo tan valioso como siempre. Pero en el mundo bursátil dónde todo es tan volátil, los especialistas en la materia aseguran que, en estos momentos, es preferible invertir en paladio, un metal que este año ha alcanzado una revalorización del 500%. Ahí es nada.

Se trata de un tipo de metal perteneciente al grupo del platino que se caracteriza por su color blanquecino y por ser muy blando y dúctil. Aunque ha sido utilizado desde la antigüedad (de hecho, antaño, se usaba cloruro de paladio para tratar la tuberculosis), el auge de este metal comenzó en la década de 1970, cuando empezó a utilizarse en la industria automovilística. Y es que el paladio se emplea para fabricar los convertidores catalíticos, que transforman gran parte de los gases del tubo de escape en dióxido de carbono.

Se considera que más de la mitad de la producción mundial de este metal es consumida por la industria del automóvil. Y ha sido precisamente un aumento de esa demanda lo que ha provocado que se dispare su cotización. Un aumento que ha coincidido también con una disminución de la oferta, ya que Rusia y China, los principales exportadores de paladio, han reducido su producción.

¿Especulación? Todo podría ser pero, de momento, el paladio está viviendo su propia «fiebre del oro».

Vicente Fernández López