Es curioso pensar como de pequeños nuestros padres dejan en manos de un trozo de plástico hinchado con aire la seguridad de nuestra vida. Pero así es, ya sea en formato redondo, de manguitos o un enorme artilugio hinchable, todos guardamos recuerdos entrañables de esos momentos en el mar de cuando éramos pequeños (excepto el unicornio con posavasos, que disfrutamos más de mayores).

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Pero una vez acabado el verano, el pobre flotador queda relegado a un segundo plano… en el mejor de los casos. La mayoría de las veces corren la misma suerte en manos de un niño que los globos, los calcetines o los zapatos: son abandonados o desaparecen por arte de magia en las condiciones más extrañas. En el primero de los casos, todavía tienen una oportunidad de que su existencia no se limite a vagabundear al ritmo que el aire les marca hasta que pinchan y mueren tristes y solos. Otro niño puede encontrarlo o, mejor aún, ahora puede ir a parar a un lugar con un montón de flotadores en su misma situación: un santuario para flotadores.

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Una encuesta realizada por Hoteles.com ha descubierto que «el 87% de los españoles afirman comprar flotadores en sus vacaciones, un artículo que ostenta el cuarto puesto en el ranking de los más abandonados y perdidos tras el descanso estival». Le superan las gafas de sol, las cremas solares y las toallas. Según el proveedor de alojamiento en hoteles, la moda de los flotadores de este año «ha provocado que la temporada termine con un saldo de miles de ellos desinflados y abandonados. Hoteles.com captó desoladoras imágenes después, que se unen a los resultados de la encuesta, que evidencian que de los viajeros españoles hacen sus maletas para volver a casa después de vacaciones, casi 1 de cada 5 dejan los flotadores atrás en sus hoteles».

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Según explica la propia compañía, «inspirados por la difícil situación de los flotadores olvidados, desde Hoteles.com han decidido crear el primer ‘Santuario de Flotadores’ del mundo. Este templo de artículos hinchables nace para asegurar que pavos reales, palmeras y caballos con alas, entre muchos otros tipos de flotadores, disfruten de sus vidas de recreo alrededor de las piscinas y playas de todo el planeta. Además, les dará la oportunidad de encontrar un nuevo hogar para toda la vida». Isabelle Pinson, vicepresidenta de EMEA del proveedor de alojamiento, ha explicado que el santuario servirá para que los huéspedes puedan «adoptar y reutilizar aquellos flotadores abandonados, dándoles una nueva oportunidad para comenzar un nuevo ciclo de vida.”

La compañía explica que ha creado una alianza con Hipotels Gran Playa de Palma (Mallorca) para poder acoger dicho santuario. Así que si estás interesado en adoptar un unicornio, un flamenco o un pavo real, no dudes en hacer una excursión.

Dadas las circunstancias, es inevitable pensar qué pensarán de nosotros en el futuro. Me imagino a un inocente arqueólogo o paleontólogo excavando dentro de 1.000 años y sacando de un agujero unicornios hinchables, gatos que suben el brazo mecánicamente o palos de selfie como representación de nuestra generación. ¿Os representa? ¿No sentís un poquito de vergüenza ajena al comparar los hallazgos de antaño como Tutankamon o la Piedra Rosetta?

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Rafael Mingorance