¿Cómo generamos los recuerdos?Hasta ahora la tesis más aceptada y extendida era la llamada teoría de Hebb. Formulada en el año 1949, señala que las conexiones entre neuronas serán más fuertes y consolidadas cuanto mayor sea la frecuencia de activación de éstas, que además tendrán que ser simultáneas.

Esta teoría ha sido validada ampliamente, por lo que se acepta como verdadera. Pero la novedad es que seguramente no sea la única forma por la que formamos recuerdos. Una publicación la revista Science aporta datos procedentes de experimientos tanto in vivo como in vitro que demuestran que con un simple ‘disparo’ o activación de nuestras neuronas podemos formar recuerdos que duren.

La teoría ha sido bautizada como ‘behavioral time scale synaptic plasticity’, que se podría traducir como ‘plasticidad sináptica comportamental escalada en el tiempo’. Una de las principales novedades que introduce es que pone de manifiesto que no es necesaria la coordinación temporal de todos los elementos que hacen falta para almacenar un recuerdo, a saber, el ‘input’ o estímulo y la respuesta de cada una de las neuronas implicadas en generar el impulso eléctrico (denominado potencial de acción en el ámbito científico).

Este axioma pone de manifiesto que no existe una única forma de generar recuerdos y que es bastante probable que ambas maneras ( e incluso otras no descubiertas) convivan. De hecho, si pensamos de manera intuitiva, es obvio no es necesario que necesitemos que se repitan todos los hecho que vivimos para que los recordemos, aunque también sabemos que raramente aprobaremos un examen habiendo leído los apuntes una sola vez.

Redacción QUO