Para completar las figuras el artesano ucraniano ha necesitado 1.750 piezas, 18 meses de planificación y varios años de trabajo. Según asegura, nunca utiliza planos y diseña cada pieza en el momento. Los robots, montados al estilo LEGO, pueden doblar y extender sus extremidades, dar la mano y rotar el cuello y el torso. Pero hay algo de lo que carecen: corazón. Por el momento, son solo maniquís de madera sin ninguna clase de mecanismo electrónico en su interior.

Redacción QUO