Por muy bien que se lleven los hermanos, son muchos los momentos en los que la rivalidad y la competitividad se manifiesta de forma muy evidente. Ahora, un nuevo estudio realizado por investigadores del Albright College de Pensilvania, revela que ese sentimiento es más común en los niños que en las niñas.

Se trató de un estudio observacional, en el que los investigadores pidieron a doscientos adultos de ambos sexos que puntuaran del uno al diez el grado de rivalidad que tenían con sus hermanos en la infancia. Y el resultado fue que la media en los varones fue de un seis, mientras que la de las mujeres era de 4,3.

Pero, ¿a qué se debe esa diferencia? Pues parece ser que la actitud de los padres puede jugar un papel primordial. La mayoría de los varones que participaron en el estudio reconocieron que sus padres solían estimular la competencia con sus hermanos, mientras que en el caso de ellas ese estímulo no se daba con tanta frecuencia.

La parte buena del estudio, es que reveló que esa rivalidad era exclusiva de la infancia y que, en la mayoría de los casos, desapareció con el paso del tiempo, dando paso a una relación fraternal saludable.

En los casos extremos en los que eso no sucede y dicha rivalidad queda enquistada, se produce lo que se conoce como síndrome o complejo de Caín, que es como se denomina a los sentimientos enfermizos e injustificados de celos, odio y rechazo hacia un hermano.

Vicente Fernández López