En 1992, un vendedor de antigüedades llamado Michael Barrett, anunció que había encontrado un valioso documento. Se trataba de un voluminoso diario de unas 900 páginas escrito por un comerciante del Londres victoriano, un vendedor de algodón llamado James Maybrick que confesaba, nada más y nada menos, que ser Jack el destripador.

El gozo por aquel hallazgo duró poco, ya que el propio Barrett acabó confesando que se trataba de un fraude aunque, posteriormente, volvió a desdecirse. Pero, ahora, un nuevo libro publicado por Robert Smith, el editor londinenses que publicó dicho diario en los 90, y que siempre creyó en su autenticidad, pese a las contradicciones de Barrett, aporta supuestos nuevos indicios sobre el origen del polémico documento.

Smith asegura que tiene pruebas que confirman que el diario fue encontrado durante las obras de reforma realizadas en la que fue la vivienda de Maybrick, y que cuenta incluso con el testimonio de los dos trabajadores que lo descubrieron.

Como ya hemos dicho, el diario habría sido supuestamente escrito por James Maybrick, un comerciante adicto al opio, que murió envenenado por su esposa Flora, la cuál fue condenada a muerte, aunque se conmutó su pena por la de cadena perpetua.

En sus páginas, Maybrick confesaba ser el autor de la muerte de cinco prostitutas en Londres (las cinco víctimas atribuidas a Jack el destripador), y de otra más en Manchester. De cualquier forma, hay que advertir que, aunque el diario realmente sea auténtico, tampoco sería la prueba definitiva de la culpabilidad de Maybrick.

Quienes han estudiado el caso a fondo, afirman que hay indicios de que el comerciante tenía una personalidad muy fantasiosa y que fabulaba constantemente. Así que el diario, aún siendo suyo, podría no ser más que una sarta de mentiras.

Vicente Fernández López