Muchas de las escenas que se describen en La Biblia podrían interpretarse ahora por la Ciencia, como vivencias que fueron producto de una alucinación, probablemente por haber ingerido algún tipo de droga. Al menos, desde la Universidad Johns Hopkins de Nueva York consideran que algunas historias que contaron los apóstoles son parecidas a los efectos que los químicos de estas sustancias ilegales producen en la mente de quienes las consumen.

Con la ayuda de 24 líderes religiosos de diferentes tipos de fe, un equipo del centro espera entender cómo les afecta el consumo controlado de este tipo de drogas en su práctica espiritual. Lo harán en los próximos 2 años y quiere comprobar cómo puede verse alterado su pensamiento místico. Según uno de los líderes del estudio, el psicólogo William Richards, “la gente que consume este tipo de drogas ve cosas increíbles con sus ojos cerrados y la gran mayoría son muy bellas. Y ocurre ya estés entrenado o no en el mundo religioso. No parece que sea algo que aprendes, sino más bien algo genético”. De ahí que estén interesados en estudiarlo.

Con este estudio, Richards no quiere intentar explicar la razón por la que parece, muchos líderes religiosos, dicen sentir a Dios a través de su cuerpo reduciéndolo todo a un simple químico: “Las profundas experiencias místicas son siempre descubiertas como regalos recibidos, lo que religiosamente se considera la ‘Gracia de Dios’”. Richards cree que este tipo de “viajes” a través de las drogas les estimulará a buscar en un futuro otros métodos para conseguir esa misma experiencia mística, la cual podrán conseguir, por ejemplo, con meditación.

Fuente: ScienceDaily

Alberto Pascual García