Es algo con lo que seguro muchos os identificáis. Vais al gimnasio de forma regular, poco a poco notáis que vuestro cuerpo empieza a adaptarse a pesos más grandes cuando os ejercitáis en la sala de máquinas o en una clase de Body Pump, pero veis que vuestros músculos no acompañan al mismo ritmo. Según un estudio de la Universidad de Nebraska-Lincoln existe una razón para que esto ocurra y tiene que ver con el cerebro. Y es que su poder es tan impredecible, que en muchas ocasiones nos sorprende con detalles como este.

En los últimos años, los investigadores han encontrado evidencias de que hacer más repeticiones en el gimnasio con pesas de más kilos puede llegar a generar la misma masa muscular que si hacemos menos pesas con un peso más bajo. Entonces, ¿cómo puede ser que a pesar de no generar músculo somos capaces de enfrentarnos a mayores cargas?

Un equipo liderado por el profesor especializado en psicología deportiva Nathaniel Jenkins ha dado con respuestas evaluando cómo las neuronas motoras (células que envían señales eléctricas a los músculos) se adaptan a entrenamientos con cargas más o menos pesadas. El estudio sugiere que si aumentas peso en tu rutina diaria, se estimula un mayor número de neuronas motoras, aumentando así la fuerza en comparación a si haces trabajos con menos peso. Jenkins explica que esta sería la razón de que nuestro músculo no gane con esa rapidez: “Si quieres ganar en fuerza, ya seas un atleta, una rata de gimnasio o una persona cualquiera, entrenar con pesos mayores te ayudará a adaptarte mejor”.

Para conseguir estos resultados, basaron su estudio en 26 hombres a quienes se les pidió que entrenaran por 6 semanas en una máquina de extensión de piernas con pesos que variaban desde un 30 a un 80% del peso máximo que podían levantar. Tres veces por semana hacían estos ejercicios hasta que no podían hacer una repetición más. Comparando con estudios anteriores, se comprobó que todos ganaron el mismo tipo de masa, pero que su fuerza era más elevada en aquellos que habían subido su carga a lo largo del estudio. Incluso su porcentaje de esfuerzo mejoraba con el paso de las semanas: “Eran más eficientes. Eran capaces de producir la misma fuerza, pero activando menos células motoras. A efectos prácticos, los ejercicios con mayor peso darán mejores resultados en tu cuerpo. No es solo una adaptación de la fuerza, sino también de las neuronas”, apunta Jenkins.

Fuente: EurekAlert

Alberto Pascual García