Un estudio de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Maryland) ha revelado que algunos padres recurren a la selección y pagan unos 15.000 dólares con el fin de que sus hijos tengan la misma tara genética que ellos.De las 186 clínicas que participaron en la investigación, cuatro reconocieron haber practicado lo que se denomina “deficiencia de diseño”. La pionera en diseñar un bebé con tara fue una pareja de lesbianas sordas que en 2002 recurrieron al esperma de un amigo, también sordo, para que su bebé naciera con esta misma tara. Ahora, otra pareja británica ha seguido sus pasos.

Redacción QUO