Mucho se ha discutido sobre las auténticas causas del racismo. ¿Existe algo inherente en el ser humano que provoque este tipo de comportamientos? Es una pregunta para la que no existe una respuesta concluyente. Pero, ahora, dos nuevos estudios realizados por la Universidad de Ontario, tratan de arrojar algo más de luz a este espinoso asunto.

Y, según revelan ambos estudios, los recién nacidos empiezan a ser conscientes de su propia raza en el período comprendido entre los seis y los nueve primeros meses de vida.

Enel primero de los dos estudios se puso de manifiesto que los pequeños tendían a relacionar los rostros de personas de su propia raza con música alegre, mientras que los de la gente de otras razas se asociaban con melodías tristes.

Y el segundode los dos experimentos reveló que los pequeños se mostraban más dispuestos a aprender algo, cuando dicho aprendizaje lo recibían de alguien de su propia etnia.

Según los autores de ambos estudios, estos hallazgos pueden servir de ayuda para combatir las actitudes racistas desde su mismo origen. ¿Cómo? Los bebés acaban siendo receptivos hacia las personas de su entorno cercano. Por ese motivo, habituarlos desde muy pequeños al contacto con personas de otras razas puede contribuir a disminuir el desarrollo de un sesgo racista.

Fuente: ScienceDaily.

Vicente Fernández López