Hace cuatro años, un trabajo periodístico de la agencia AP informó de que Michael Karkoc, un criminal nazi, vivía tranquilamente en Minnesota. Dicha investigación sacó a la luz su terrible pasado e informó al mundo de que era un antiguo comandante de la Legión de Autodefensa Ucrania. Ahora, cuatro años después, las autoridades polacas han decidido que hay que hacer justicia y darle a Karkoc el castigo que merece por sus graves delitos.

La familia del anciano nazi reconvertido a carpintero ha negado en repetidas ocasiones que Karkoc tenga ninguna relación con crímenes de guerra. Es más, su hijo, Andrzej Pozorski Karkoc, pone en duda la validez de las pruebas contra él después de conocerse la decisión del fiscal polaco, por lo que se ha dirigido a las autoridades acusándolas de realizar «calumnias sin fundamento y realmente escandalosas». Según el propio hijo, «no hay nada en el registro histórico que indique que mi padre tuvo ningún papel relevante o algún tipo de actividad en actividades criminales».

Por su parte, el fiscal polaco aseguró a Andrzej Pozorski Karkoc que cuando se cumpla la extradición se le dará a su padre la oportunidad de contar su versión de la historia. Pero aseguran estar «100% seguros» de quién es y cuáles son sus delitos.

Karkoc dio esquinazo a la justicia hace cuatro años, cuando fue descubierto por la investigación de AP, alegando problemas de salud. Pero en esta ocasión, Polonia está dispuesta a contar con médicos independientes para que hagan una revisión antes de que Karkoc sea interrogado por la fiscalía.

Según informó AP en 2012, el anciano entró en el ejército alemán en 1941. Ganó la Cruz de Hierro y solicitó su incorporación a la Legión de Autodefensa de Ucrania. Después, cuando las SS de Hitler absorbieron este cuerpo, pasó a ser comandante en las unidades de élite de Hitler. Desde allí arrasó pueblos enteros y mató a un cuantioso número de civiles. A pesar de sus supuestos crímenes, Polonia solo quiere juzgarle por uno: la operación contra el pueblo de Chlaniów. La razón es que es la única matanza de la que tiene testigos presenciales. En esta misión, Karkoc participó en la muerte de casi 50 mujeres, niños y hombres, además de quemar y arrasar el pueblo.

En 1949, momento en el que se ocultó en Estados Unidos, se le pierde la pista. Llegó a declarar que ni tan siquiera había cumplido el servicio militar. Pero como todos sabemos, la verdad solo tiene un camino.

Fuente: chicagotribune.com

Rafael Mingorance