¿Hay razones más allá de las puramente estéticas para preferir que los taxis sean de un color u otro? Pues sí, la seguridad. Porque, según un nuevo estudio realizado por la Universidad Nacional de Singapur, la tonalidad del vehículo puede influir en que tenga o no un accidente.

En la ciudad asiática los taxis son básicamente de dos colores, amarillos y azules. Y los investigadores observaron que los primeros tuvieron en un año un 9% menos de accidentes que los segundos.

Y la causa, más allá del puro azar, es que los conductores tienen más dificultad para distinguir durante la noche a los vehículos de color oscuro, o de calcular con exactitud las distancias que los separa, lo que acaba provocando la mayoría de los accidentes.

Este estudio se suma a otro realizado anteriormente por la Universidad de Melbourne, según el cuál, los coches de color blanco suelen ser los que menos accidentes tienen. Eso significa que en ciudades como Madrid estamos de suerte, ya que los taxis son de dicha tonalidad.

Con todo, los autores del estudio realizado en Singapur reconocen que existe también un factor subjetivo difícil de medir que, seguramente, juegue un papel en este curioso fenómeno. O lo que es lo mínimo, quienes conducen un coche blanco o amarillo pensando que es más seguro, pueden conducir con menos estrés, lo que ayuda a evitar percances desagradables.

Vicente Fernández López