Pese a que los horóscopos siguen apareciendo puntualmente en numerosas publicaciones, y los adivinos y videntes proliferan por los canales digitales de televisión, parecer ser que la mayoría de la gente prefiere no saber que le deparará el futuro, en el hipotético caso de que este pudiera adivinarse.

Así lo demuestra un estudio realizado por Gerd Gigerenzer, investigador del Instituto Max Planck, realizado con voluntarios de España y Alemania. Según dicho informe, entre el 85 y el 90% de los participantes no quería saber ningún posible vaticinio relacionado con sus vidas, pero solo en el caso de que la predicción fuera negativa. Aunque el 70% de los voluntarios manifestó su rechazo, aunque se tratara de predicciones positivas.

Los voluntarios tuvieron que elegir si querían saber una serie de hipotéticas predicciones relacionadas con diez aspectos de sus vidas. Se trataba de cuestiones que iban desde lo más trivial (como saber por anticipado cual iba a ser el resultado de un partido de fútbol), a otras más trascendentes (como saber si se se iban a divorciar, o si iba a fallecer algún amigo o pariente).

Y el resultado fue que los participantes en el experimento rechazaron mayoritariamente saber las respuestas.

Según el autor del estudio, el resultado tiene su lógica. Saber que nos va a pasar algo malo puede tener efectos devastadores sobre el espíritu humano. Y, al contrario, conocer por anticipado una buena noticia, puede destruir la emoción y la ilusión que conlleva la espera de ese evento.

Vicente Fernández López