Si algo destaca en el atuendo de Donald Trump, son las corbatas rojas que acostumbra a usar y que llevó, por ejemplo, el día de su toma de posesión como presidente de los Estados Unidos. Es cierto que a lo largo de la campaña le hemos visto también con alguna corbata azul, e incluso con otras estampadas, pero el rojo ha sido el color dominante. Una elección que seguramente no sea simplemente estética.

Tal y como reveló Ravi Mehta, investigador del College of Business de Illinois, en un estudio publicado en la revista Science, en el mundo de los negocios, las altas finanzas y la política, hay dos colores dominantes a la hora de elegir una corbata: y son el rojo y el azul. Por supuesto que en ocasiones se ven algunas de otras tonalidades, pero no es lo habitual.

El estudio recoge que el rojo es un color vinculado en la mente de las personas con la fuerza y la pasión. Por eso, al elegirlo, se quiere transmitir un mensaje de fuerza y liderazgo. Especialmente si se trata de un rojo sangre.

Por el contrario, el azul (y también el morado) son colores más serenos, que provocan en quien los ve una sensación de seguridad y confianza. Por eso, según el informe, quien elige una corbata de ese color está tratando de transmitir el mensaje de que es una persona segura de sí misma y con la que se puede mantener una relación de confianza.

Por ese motivo, las corbatas rojas serían las preferidas por aquellos líderes y políticos que quieren transmitir una imagen de autoridad, mientras que el azul sería más apropiado para el mundo de los negocios, ya que podría ayudar a establecer buenas relaciones.

Aunque no hay que olvidar que algo está cambiando en las altas esferas, ya que hay una nueva generación de políticos y financieros que prefieren arrinconar esa prenda, siempre que sea posible. Como, por ejemplo, el propio Barack Obama, quien en muchas ocasiones se presentó sin ella ante el público y las cámaras.

Vicente Fernández López