Se cree que esta representación fue la primera vez que una bruja apareció montada en una escoba. Se trata de una ilustración de Le Champion des Dames (El Defensor de las señoras), un libro publicado en 1541 por el poeta francés Martin Le Franc.

Muestra a dos mujeres que vuelan con este tipo de ‘vehículo’ entre sus piernas, aunque solo una de ellas es claramente una escoba. De momento, es la evidencia más antigua de la leyenda que narra que las brujas vuelan escobas.

Según Witchcraft in Europe, 400-1700: A Documentary History, editado por la Universidad de Pennsylvania, este libro tiene «el primer ejemplo pictórico de la historia de la brujería». Fue un movimiento cristiano que surgió en el siglo XII, que animaba a que cualquier persona, ya fuese hombre o mujer, se convirtiese en cura y predicase o hiciese sacramentos. Claro que, la sangrienta ira de la Iglesia Católica no se hizo esperar.

No es extraño que estos ‘herejes’ se entrometiesen en lo sobrenatural, pero ¿por qué una escoba? Lo cierto es que tiene un punto lascivo. Según explicaba Dylan Thuras en Atlas Obscura, «la escoba era un símbolo de la domesticidad femenina, sin embargo, la escoba también tiene un punto fálico». Para Thuras se trata de un símbolo algo salvaje de la sexualidad femenina. «Las dos mujeres representadas en Le Champion des Dames no aparecen deformadas o grotescas, sino que son normales. En los rituales paganos antes del siglo XV se habían utilizado formas fálicas, por lo que la forma del palo de escoba entre las piernas de una mujer tenía un significado sexual y también espiritualmente desviado hacia la Iglesia».

Fuente: hyperallergic.com

Redacción QUO