La imagen que tenemos de vejez suele estar ligada al declive físico y mental de las personas. A enfermedades como el alzheimer o la demencia senil. Pero esa creencia teñida de tristeza y negatividad no se ajusta completamente a la realidad. Así lo demuestra un nuevo estudio realizado por un equipo de expertos de la Universidad de California, en San Diego.

Los investigadores analizaron diversos indicadores de salud mental en una amplia muestra de voluntarios, que incluía personas de edades comprendidas entre los 25 y los cien años. Y lo que descubrieron fue que los pertenecientes a los grupos de más edad (por encima de los sesenta años), mostraban menos cuadros de estrés, de ansiedad y de distintos trastornos, que los que eran más jóvenes. Paradójicamente, aquellos voluntarios cuyas edades estaban comprendidas entre los 30 y 40 años (que siempre se ha considerado el período dorado de la edad adulta) eran más propensos a sufrir todos esos problemas.

El estudio revela, por tanto, que el bienestar anímico y la felicidad de las personas parecen mejorar conforme cumplen años siempre, claro está, que no hagan su aparición enfermedades como el alzheimer u otras graves dolencias. La causa no está clara, aunque los investigadores apuntan varias posibilidades. Una de ellas sería que, según cumplen años, las personas aprenden a gestionar mejor sus emociones y a manejar de forma más efectiva las crisis y los problemas cotidianos.

Pero también existe la posibilidad a la inversa, y que lo que suceda no sea tanto el que la salud emocional de los mayores esté mejorando, como que la de los más jóvenes esté empeorando. Y es que los autores del estudio aseguran que hay indicios para plantearse que el estrés, la ansiedad y los trastornos de diversa índole están aumentando entre los adultos de mediana edad.

Habrá que seguir investigand

Fuente: https://www.sciencedaily.com/releases/2016/08/160824135028.htm

Vicente Fernández López