En 1980, se descubrieron frente a las costas de Noruega los restos del Kronen, un buque de guerra en el año 1676. desde entonces, las distintas expediciones realizadas al pecio de la nave han rescatado desde sus cañones de bronce, a piezas de vajilla, pasando por cofres con monedas de oro.

Pero los restos del Kronen seguían albergando alguna que otra sorpresa. Y así ha podido corroborarlo un equipo de investigadores submarinos que estuvo inspeccionando lo que queda del barco, con la esperanza de encontrar algo valioso. Pero lo que hallaron no fueron ni diamantes no joyas.

Bajo una capa de sedimento, localizaron una vasija que contenía una extraña pasta que, posteriormente, fue identificada como queso. Según los investigadores, su textura es similar a la del paté, y despide un olor similar al del roquefort. Curiosamente, Lars Einarsson, el director del equipo, describió el aroma como: “Bastante agradable, huele a vida». Pero, claro, si tenemos en cuenta que por esas tierras le gusta el olor de los arenques, cualquiera se fía.

De todas formas, olor al margen no parece que este queso del siglo XVII esté en condiciones de considerarlo comestible.

Fuente: http://www.seeker.com/17th-century-cheese-found-in-baltic-wreck-1948680098.html

Vicente Fernández López