Un equipo internacional de científicos ha diseñado un nuevo marco matemático para examinar el comportamiento social en diferentes especies que ayudará a profundizar en nuestra comprensión de la evolución de la sociabilidad.
La teoría de la selección de parentesco ha servido para que muchos expertos expliquen por qué algunos animales adoptan un comportamiento altruista, aún si no resultan beneficiados directamente. De acuerdo con ella, este tipo de conductas son más frecuente entre miembros emparentados, ya que, según su autor, el biólogo evolutivo William Hamilton, al ayudar a personas que tienen copias de nuestros genes, estamos garantizando la supervivencia de los mismos. Pero hasta ahora los científicos no habían sido capaces de explicar por qué algunas personas parecen estar genéticamente programadas para ayudar a otros, mientras conviven con aquellos que tienden a explotar su generosidad.
Mediante el uso de colonias de microbios, los científicos produjeron un modelo innovador de la evolución social que les permite comprender hasta que punto es probable que esta conducta esté influida por el medio ambiente o el entorno.
Los resultados, publicados en PLOS Computational Biology, demostraron que el comportamiento individual puede a menudo evolucionar debido a una serie de factores genéticos que predicen, con gran certeza, su relación con otros miembros de la familia, del entorno social y el lugar que ocupan en la comunidad. Todos estos factores determinan si será altruista o egoísta.
Sasha Dall, profesor de Ecología Matemática de la Universidad de Exeter, y uno de los autores del estudio, asegura que “como seres humanos nuestros comportamientos son flexibles y basamos nuestras conductas en relación a lo que vemos en nuestro entorno. Sin embargo, algunas especies, reaccionan basándose en qué tipo de variantes genéticas han heredado. Lo que hemos demostrado es que es posible, conociendo estas variantes genéticas, llegar a una situación en la que haya diferentes niveles de altruismo, seleccionando las variantes deseadas”.

Juan Scaliter