Benedict Cumberbatch se ha convertido en el gran actor del momento. Sus magníficas encarnaciones del detective Sherlock Holmes para televisión, el científico Alan Turing en cine o un intenso y moderno Hamlet en el teatro le han granjeado una marea de admiradores incondicionales. Las féminas incluso han asumido la políticamente incorrecta denominación de cumberbitches (un juego entre el apellido del actor y el término bitch, zorra).

Pues bien, ahora, además de seguirle a todas partes, podrán comérselo literalmente. Aunque un poco modificado: como conejito de chocolate con el rostro de la estrella. Quizá no sea la presentación más honrosa para su genio artístico, pero seguro que no deja indiferente a ningún paladar. La idea ha partido de la empresa de Brighton (Reino Unido) Chocolatician, que ha decidido aderezar la inundación chocolatera de Pascua con tres versiones: chocolate negro, con leche y blanco. Esta última en una edición limitada que incluye una pajarita de oro comestible de 22 quilates. Por eso cuesta 70 libras por unidad, en lugar de las también sustanciosas 50 de las otras dos.

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Cada uno pesa 400 gr. y mide 27x9x13cm. Pueden encargarse por internet, pero antes de que te entusiasmes, advertimos que únicamente los envían a Francia, Alemania, Irlanda, Suecia, Suiza y Reino Unido. Según la propia página, las peculiares golosinas no se llevan bien con los climas templados.

La elaboración ha estado dirigida por la maestra chocolatera y artista Jen Lindsey-Clark, que el año pasado ya se encargó de la primera reproducción dulce del actor: el Chocobatch. La figura, a tamaño natural y en atuendo de alfombra roja, fue un encargo de la empresa televisiva UKTV, que quería celebrar así el lanzamiento de un nuevo canal para programas de ficción. Está claro que no podemos saborearlo, pero sí contemplar su proceso de creación:

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Pilar Gil Villar