El novelista Ian Fleming, creador del personaje de James Bond, siempre tuvo en mente a Cary Grant para interpretar a su héroe en la gran pantalla. Pero el mítico galán rechazó el papel, que le fue ofrecido a continuación a actores como Peter O’Toole y Richard Burton, quienes también declinaron la oferta.

Finalmente, el papel fue para el entonces desconocido Sean Connery. El éxito del personaje hizo que Grant (tal y como confesó en su autobiografía) se arrepintiese de haber rechazado el papel, aunque se desquitó en cierto modo años después interpretando en Charada (1964), a un agente secreto que podría ser primo hermano de 007.

Enviada por Elvira Ruiz, correo electrónico.

Redacción QUO