Si hacemos caso el psicobiólogo Ma­nuel Martín-Loeches, investigador del Instituto Carlos III de Ma­drid: “La búsqueda del beneficio máximo es una conducta adaptativa, de supervivencia”. Hablar de avaricia, según Martín-Loeches, “más bien remite a un grado patológico. Pero todos los animales, por instinto, tienden a acumular todos los recursos posibles; por si llegan tiempos peores, por ejemplo. Al hombre, como es un ser social, además puede servirle para intercambiar o compartir”. Y recalca: “Sí es verdad que el único capaz de recopilar más cosas de las que necesita para sobrevivir y relacionarse es el hombre; eso sí es avaricia”. Pero reconoce que en todos los animales “la dopamina [que desata el dinero] hace maravillas. Hacemos lo que sea por buscar el placer. Los animales no se afanan más porque no saben, pero si pudieran…”

Redacción QUO