A Isobel Bowdery le funcionó. Se encontraba en la sala de conciertos parisina Bataclan el fatídico día en que los yihadistas atacaron la ciudad de las luces. Según explicó en su momento la joven sudafricana de 22 años: «Me hice la muerta. Me quedé inmóvil durante una hora, sin moverme, sin ni siquiera respirar. En aquellos momentos solo pensaba en las personas a las que amo, pensaba en el modo de decirles que les quiero. He sobrevivido, pero 89 personas no han tenido la misma suerte que yo». Fue así como logró salvar su vida.

Aún así, según los expertos de la nueva dirección de la Oficina de Seguridad Nacional Contra el Terrorismo del Reino Unido (NACTSO, por sus iniciales en inglés), no es la mejor opción. Para ellos, la mejor idea es salir corriendo o esconderte detrás de «ladrillos sólidos» o «paredes fuertemente reforzadas». Son expertos en seguridad, no seré yo quien les contradiga. Aunque estoy segura de que las 89 personas que fallecieron en la sala de conciertos, a pesar del pánico del momento, se les pasó por la cabeza salir corriendo. Otra cosa es que pudieran hacerlo.

Con esta y otras recomendaciones, la NACTSO ha publicado una guía en la que da sugerencias de cómo escapar si te encuentras en medio de un ataque. Las recomendaciones básicas son las siguientes:

1. Corre todo lo que puedas. Según explican, lo mejor es encontrar la ruta más segura y escapar si puedes. Intenta que otros te sigan y olvida cualquier pertenencia que llevaras contigo.

2. Escóndete. Si la primera opción falla, intenta esconderte en un lugar seguro, sin olvidar que el vidrio, el ladrillo o la madera dejan pasar las balas.

3. Informa si puedes. Una vez hayas encontrado un lugar seguro, procura contactar con los cuerpos y fuerzas de seguridad. Explícales cuántos terroristas han entrado, cómo son y cuántas personas hay dentro del recinto.

Mantener la calma y la frialdad en un momento tan complejo podría salvar la vida de muchas personas.

Fuente: telegraph.co.uk

Redacción QUO