En los quirófanos y en las salas de los laboratorios, las últimas tecnologías agrandan el poder de la mano. El cirujano cardiovascular Jesús Herreros, director del Departamento de Cardiología y Cirugía de la Clínica Universitaria de Navarra –responsable, junto a Ramón Arcas, del primer trasplante de pulmón y corazón que se hizo en España–, habla de adaptación: “Algunas técnicas quirúrgicas, como la laparoscopia, han transformado los movimientos de nuestras manos en órdenes electrónicas que llegan directas al bisturí”.
De hecho, la nueva generación de cirujanos se ejercita con videojuegos y sus resultados no se han hecho esperar: mejor pulso, más rapidez y una probabilidad de error mucho menor. Otro cirujano, Pedro Cavadas, regala a sus pacientes las que posiblemente sí sean las manos más valiosas del mundo; es decir, las de aquellos que un día perdieron las suyas. La colombiana Ana Lucía Cardona, primera mujer en el mundo que recibió un trasplante bilateral de las manos, contactó con él para pedirle un gran favor: “quería volver a tener manos”.
Lo hizo con ánimo, muy resuelta y con el propósito muy claro. “Le conocí en los medios de comunicación y vi el cielo abierto. Después de dos años de trabajo, once horas de cirugía en el hospital valenciano La Fe y un año más de rehabilitación, ese cielo lo he tocado”. Sin saberlo, Ana Lucía ha alterado la magnitud de su mundo y su intensidad: “No deja de asombrarme la sensación que produce acariciar a una persona y pasar la mano suavemente sobre su piel o sobre cualquier superficie”. Pedro Cavadas y su equipo le devolvieron las manos, y también la confianza para manejarse en un mundo cuyas normas, ahora sí, están hechas para ella.

La verdadera herramienta multifunción
Tocar barro, mármol, oro y un corazón humano que late requiere las manos de un experto para que el resultado sea una obra maestra. Aunque todo evoluciona. El cirujano cardiovascular Jesús Herreros precisa que: “Las operaciones quirúrgicas han alcanzado una madurez espectacular en las últimas décadas, y han dejado añejo el mito del pulso del cirujano. Las nuevas tecnologías y la cirugía robótica de gran precisión hacen que en el quirófano la decisión gane terrero a la mano y el cerebro prevalezca sobre la destreza”.

Redacción QUO