A pesar de los tiempos que corren, es frecuente encontrarse todavía gente que opina, juzga e incluso crítica violentamente con quién se acuesta o se levanta otra persona. El término homofobia se utiliza para designar a aquellas personas que sienten rechazo y discriminan a hombres y mujeres que se definen como homosexuales. Todos hemos escuchado alguna vez la barbaridad de que «la homosexualidad es una enfermedad» por parte de los que sienten una aversión irracional hacia los gays. Pues bien, una nueva investigación le da la vuelta a la tortilla y sugiere que la enfermedad real que hay que estudiar es la homofobia.

Un nuevo estudio realizado por estudiantes universitarios italianos revela que aquellas personas que tienen opiniones muy negativas de los homosexuales también tienen mayores niveles de psicoticismo que aquellos que son tolerantes. Esto no quiere decir que las personas homofóbicas sean psicóticas. El psicoticismo es un rasgo de la personalidad que padecen algunas personas que son vulnerables a conductas impulsivas, hostiles, agresivas, a la ira o que tienen la misma empatía que una botella de plástico.

«La enfermedad real es la homofobia»

Según Emmanuele Jannini, investigador principal y endocrino y sexólogo de la Universidad de Roma Tor Vergata, «el estudio abre una nueva vía de investigación, donde la enfermedad real para estudiar es la homofobia».

La investigación sobre la enfermedad de la homofobia resulta un tema complejo. Algunos estudios han sugerido que las personas con una actitud negativa y visceral hacia los gays y lesbianas son frecuentemente homosexuales ocultos. Otros estudios, sin embargo, cuestionan esa idea y plantean lo contrario. Otros factores, como la religión, la hipermasculinidad y la misoginia, parecen jugar un papel crucial en las actitudes homófobas según narran Jannini y sus colegas en un artículo publicado en The Journal of Sexual Medicine.

Pero hasta ahora, nadie había analizado detenidamente la salud mental y la psicopatología de las personas homófobas. En la nueva investigación, los científicos pidieron a 551 universitarios italianos de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, que respondieran un cuestionario pensado para valorar sus niveles de homofobia así como su psicopatología, incluyendo preguntas para conocer sus niveles de depresión, ansiedad y psicoticismo. Las cuestiones que estaban relacionadas para medir su nivel de rechazo a los gays, requería que los participantes calificarán en una escala de cinco puntos, su acuerdo o desacuerdo con preguntas como si los gays le ponían nervioso, si creían que las personas homosexuales no debían trabajar con niños, si les gustaban las bromas relacionadas con los gays o lesbianas o si les importaba si sus amigos eran homosexuales o heterosexuales.

Los estudiantes también respondieron preguntas sobre el «apego» que sienten hacia los demás, con el fin de clasificar cómo vivían cada uno de ellos las relaciones personales. El afecto o las amistades «saludables» son aquellas en que la gente se siente cómodo al acercarse a otros y a la inversa. En cambio, las «no saludables» muestran a personas que tratan de evitar la intimidad, son demasiado pegajosas o inseguras.

Por último, los estudiantes respondieron a preguntas relacionadas con sus estrategias para afrontar situaciones desagradables. En este caso, los mecanismos de defensa pueden ser saludables (lo que definiríamos como una actitud madura) o nada saludables (inmaduras). Una actitud madura, por ejemplo, sería controlar las emociones y no depender de la opinión de otros. Las inmaduras podrían incluir acciones impulsivas, agresiones pasivas o la negación de un problema.

La homofobia y la ira

Según los investigadores, cuanto mejor es la salud mental de una persona, es menos probable que sea homofóbica. Aquellas personas que viven sus relaciones de forma poco saludable, fueron significativamente más homófobas que los que tenían mayor inteligencia emocional. Lo mismo ocurrió con aquellos que enfrentaban situaciones desagradables de forma inmadura: mostraban un mayor rechazo visceral e irracional hacia los gays y lesbianas.

Asimismo, los investigadores encontraron una alta vinculación de los homófobos con las personalidades más disfuncionales que mostraban actitudes de hostilidad, ira o psicotisicismo. Según Jannini, «la homofobia es una enfermedad inducida por la cultura». Los investigadores están realizando actualmente el mismo estudio con estudiantes de Albania. También están investigando cómo el miedo a no ser «suficientemente hombre» podría influir en las actitudes homofóbicas.

Fuentes:

onlinelibrary.wiley.com | foxnews.com | inquisitr.com |

Redacción QUO