Amor propio
Los hombres se cuidan para gustar y gustarse. Pero sobre todo, por su propio regocijo y porque saben que su buen aspecto es un factor de éxito personal y profesional, y le dan la importancia que sus abuelos no le otorgaban. Se revela, además, más leal que la mujer en sus hábitos y con los productos que utiliza. Su fidelidad tiene una excepción: el perfume. Aunque ocho de cada diez hombres lo usa a diario, más de la mitad confiesa que comparte hasta dos y tres diferentes en la misma época. Atrás quedaron los años confusos de metrosexualidad, übersexualidad y todos aquellos términos que se acuñaron para intentar distinguir al hombre que se cuida, del “macho tradicional”. Pero ¿qué es lo que más le preocupa?

Enemigos comunes
Aunque sus caballos de batalla van variando con el paso de los años, tres le persiguen de por vida: una piel castigada por el afeitado diario, el cabello y su caída, y el aspecto de su abdomen. El primero de ellos, y al que más tiempo dedica, lo ataja aprovechando los avances científicos y el dominio de la alta tecnología cosmética de aquellos laboratorios que, desde hace años, responden a sus necesidades cutáneas y las peculiaridades de la piel masculina, más gruesa y con concentraciones más elevadas de colágeno, elastina y agua. “Características que provocan que los signos de envejecimiento cutáneo y flacidez aparezcan de forma más brusca”, advierte la esteticista Ángela Navarro. De los principios activos que componen sus cosméticos, destacan aquellos con alta concentración de flavonoides, como el tepezcohuite, o árbol de la piel, y los brotes de haya, capaces de neutralizar la acción de los radicales libres. “Aunque la piel de los hombres es más espesa, se expone a las mismas contingencias del entorno y de la contaminación. Además, segrega más cantidad de sebo y sudor, lo que la deja más grasa y ácida, y por tanto, más vulnerable a las bacterias”, explica María Galland, directora de los centros de estética que llevan su nombre. Su línea masculina ha seleccionado un activo natural llamado R. T. Arctic. Se extrae de los tallos de canneberge, el fruto de un arbusto enano que resiste las condiciones extremas del Ártico. Este activo es rico en tocotrienol (poderoso antioxidante) y ácidos grasos con propiedades nutritivas e hidratantes. Sus cosméticos utilizan otros activos hidratantes, como, por ejemplo, derivados del glicol y glycenegene marino, y complejos de vitaminas y antioxidantes. Pero las investigaciones y ensayos no cesan.

Cosmética a medida
Los hombres son clientes cada vez más asiduos de las tiendas de cosmética y los centros de estética, y estos tienen que responder y ampliar sus ofertas más allá de los cuidados faciales, bien con sesiones de manicura y pedicura para mantener a raya cutículas, manos y uñas, o con tratamientos depilatorios que utilizan las técnicas más vanguardistas de láser. Estos últimos están ganando un buen número de adeptos por los excelentes resultados que se obtienen en espalda, torso y hombros. Ayudan, además, a suavizar la textura de la piel. Requieren, eso sí, paciencia, y más aún cuando se trata del entrecejo, ya que su eliminación completa exige más sesiones que cualquier otra zona del cuerpo. Resulta chocante que este hombre, sin reparo a la hora de lucir un cuerpo libre de vello, se resista todavía al afeitado, el gesto que más desprecia, según revelan las encuestas, y que pospone todo lo que puede (siempre que no haya una cita a la vista). En gastos de cremas, depilaciones, afeitados y otros retoques cotidianos, gastan unos 50 euros mensuales. Y por lo que se desprende del comportamiento del mercado de la estética, el Homo Quo ha aprendido por fin a entender la cosmética, y lo hace mayoritariamente de la mano de las revistas. Aun así, todavía un 25% sigue confiando a su pareja el cuidado de su imagen.

Arreglos sin bisturí
A partir de los 40, y una vez iniciado en el mundo de la estética, no le importa recurrir a la cirugía para esos retoques que le ayudarán a creer en la eterna juventud. Las inyecciones de Bótox son, según la clínica Sidme, las más solicitadas. La cosmética facial masculina acaba de incorporar el ácido hialurónico. Los hombres lo demandan sobre todo para las arrugas de las mejillas y del entrecejo, el mentón y la remodelación de nariz. Para la frágil piel de los párpados, diez veces más delgada y con una película hidrolipídica superficial casi inexistente, el centro Smalia Clinic aplica un sistema no quirúrgico con 44 tipos de ondas biópticas que emiten impulsos diferentes según las células a las que se dirigen. Incluye myoestimulación, ultrasonido, microcorriente y onda ultracelular. Si el lifting, la cirugía de párpados y de nariz, y el trasplante de pelo son ya de uso común para la población masculina, la novedad es que cada vez gana más adeptos el aumento de glúteos e implantes de gemelos y pectorales. El hombre de ahora empieza a atreverse también con esos retoques quirúrgicos íntimos, como alargamiento o engrosamiento del pene y corrección de la flacidez del escroto. Pero aún hay algo que se le resiste –y de qué manera–: la curvita de la felicidad.

La batalla contra la barriguita
Sí. La misma donde se acomodan los kilos que el varón va acumulando con la edad y la inevitable adquisición de hábitos sedentarios, a pesar de que el hombre posee una proporción menor de tejido adiposo que la mujer. Bastarían diez minutos diarios saltando a la comba para entrenar sus abdominales; y sin embargo, ¿quién saca ese tiempo? En estos últimos años, muchos ciudadanos han aceptado delegar su fuerza de voluntad en manos de un entrenador profesional, un auténtico bum en las grandes urbes de todo el mundo. Para Samuel Brogeras, director general del centro entrenadorespersonales.com: “Esta opción permite un seguimiento individual en la rutina de entrenamiento de todos los grupos musculares del cuerpo, control de la alimentación y modificación de hábitos de la vida cotidiana”. Y además, utiliza herramientas que traslada al domicilio, a la oficina o al lugar que el cliente estime más oportuno o idóneo para entrenar. La más nueva es el Kinédomus, que permite realizar coreografías, gestos deportivos y todo tipo de movimientos sin más ayuda que una puerta. La propuesta del entrenador personal armoniza con las pretensiones masculinas: “Todo en su justo término”. ¿Quién se acuerda ya de la vigorexia, el exceso de vitaminas y el consumo de anabolizantes o esteroides que tan fatales resultaron? En los gimnasios triunfan los métodos alternativos a las pesas. El Aero Jump (salto de comba), Body Combat (fusión de técnicas de combate y ritmos de baile), bailes latinos, Body Pump (trabajo en grupo con pesas y coreografía) y el spinning son solo algunas de las últimas propuestas más divertidas para vencer la pereza de ir al gimnasio. Entre cremas, perfumes, aparatos, cirugías y otros secretos de belleza queda reflejado el nuevo arquetipo masculino, y parece que va a despertar más codicias que el femenino. En unos años, los datos económicos hablarán de nuevo.

Redacción QUO