Creíamos que el consumo de cocaína y marihuana era más o menos reciente. Pero una nueva investigación realizada por Francis Thackeray y su equipo de la Universidad de Witwatersarandm (Johannesburgo) ha encontrado restos de nicotina, cocaína y cannabis en unas pipas que eran propiedad del dramaturgo, lo que indica que podría haber escrito sus famosas obras bajo el efecto de las drogas.

El grupo de investigadores sudafricanos ha publicado sus hallazgos en South African Journal of Science, dónde explican que cuatro pipas fueron encontradas en el jardín de Shakespeare y otras dos con cocaína cerca de su casa ubicada en la casa donde nació de Stratfort-upon-Avon. Tras analizar las pipas mediante espectrometría y cromatografía de gases, los científicos han confirmado que las pipas tienen alrededor de 400 años de antigüedad. No es la primera vez que los investigadores sospechan que el dramaturgo era adicto a varias sustancias ilegales. En 2011, Francis Thackeray solicitó que se exhumara el cuerpo de Shakespeare para conocer más cosas sobre su muerte y analizar si consumía de forma habitual cocaína o cannabis. No es ninguna locura. Las sospechas venían porque en la Inglaterra del siglo XVII se fumaba marihuana y hojas de coca, que eran alternativas al tabaco durante la época isabelina.

No obstante, los investigadores consideran que Shakespeare prefería la hierba a la cocaína, ya que se habría percatado de los terribles efectos de esta última. Una de las pistas que llevó a Thackeray a sospechar que el dramaturgo era adicto a las drogas fue una referencia que puede encontrarse en el Soneto 76 donde describe el uso de una «sustancia extraña». También, un retrato del escritor encontrado en un libro del siglo XVI.

Fuentes:

huffingtonpost.com | time.com | business-standard.com |

Redacción QUO