El Ministerio de Industria y Comercio de Rusia ha anunciado que reducirá la importación de preservativos extranjeros, cuestión que ha dividido la opinión pública. Mientras unos consideran que esta decisión aumentará la natalidad, otros piensan de forma más negativa y vaticinan que con esta medida aumentarán las infecciones venéreas en la población.

Aunque los condones no son lo único que el gobierno ruso se plantea dejar de comprar al exterior. En su página web han colgado un documento que incluye artículos médicos fabricados fuera el país como gasas o vendas, y también toda clase de equipos sanitarios tales como rayos X, incubadoras o prótesis.

Según ha declarado el asesor del Kremlin para asuntos sanitarios, Guennadi Oníschenko, esta medida ayudará a superar los graves problemas demográficos rusos. Además, según explicó, esta restricción no afectaría a los preservativos que se importan para la profilaxis contra el SIDA. Tampoco se dejarían de comprar estos productos a los países que pertenecen a la Unión Eurasiática (Bielorrusia, Armenia y Kazajistán).

No todos piensan como Oníschenko. A Vladímir Serov, presidente de la Sociedad Rusa de Ginecólogos, le pareció una idea espantosa y explicó que la calidad de los preservativos locales deja mucho que desear en comparación con los extranjeros. Teniendo en cuenta este detalle, asegura que las enfermedades venéreas podrían aumentar notablemente. Lo que sí aboga es por dar mayor acceso a la población a métodos anticonceptivos más asequibles, ya que reconoce que los condones importados son muy caros. Según explicó para la agencia Interfax, «Si a un estudiante universitario se le plantea la duda de qué comprar, una cerveza o un preservativo, lo más probable es que elija la cerveza, ya que es más barata». Hay que tener en cuenta que Rusia es uno de los pocos países donde el número de enfermos de SIDA sigue aumentando.

Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, aseguró que la idea no provenía de la Presidencia.

Fuente: qz.com

Redacción QUO