Se venden o descargan gratuitamente. Son aplicaciones para móvil que ofrecen un contacto para sexo rápido. Te inscribes y eliges el radio kilométrico hasta donde estás dispuesto a desplazarte para encontrar a esa persona. Eliges la edad y algunos datos más sobre lo que te gusta. En apenas un segundo, aparecen en la pantalla fotos de mujeres u hombres que se encuentran en tu radio de acción, y disponibles en ese momento. Seleccionas y envías un mensaje para abrir una ventana de chat. La otra persona verá tu foto, y te elegirá o no. En el abanico de posibilidades, muy probablemente alguien iniciará contigo un chat y, a partir de ahí, es posible que en unos minutos establezcas una cita.
“Esta semana he estado con tres mujeres distintas”, comenta un usuario de Tinder,una de las aplicaciones más descargadas. “Los fines de semana es más difícil”, añade. “La gente suele tener más planes y menos tiempo para un polvo rápido”.

El sexo exprés ha calado en el día a día social. Y esta brevedad en los encuentros tiene sus ventajas. Cuando los psicólogos Eric Corty y Jenay Guardiani, de la Universidad Estatal de Pensilvania, preguntaron a un grupo de colegas, terapeutas matrimoniales y médicos por los tiempos empleados por sus pacientes para sus relaciones sexuales, la conclusión fue que el buen sexo, digan lo que nos digan, no dura más de 13 minutos. Para ser exactos, desde el inicio de la penetración hasta la eyaculación, entre 7 y 13 minutos sería más que tiempo suficiente. Pasado este momento óptimo, aumenta el riesgo de desgana por parte de uno de los dos y de convertir el acto en pura mecánica para llegar al orgasmo.

La excitación se inicia en el momento en que se establece la cita. La novedad y el morbo disparan la libido

Resulta ahora que lo bueno, si breve, dos veces bueno. O infinitamente mejor. ¿Y por qué no? Lara Castro, psicóloga y sexóloga en el Institut Gomà, aconseja olvidarse del reloj: “Dentro del menú tan variado que nos ofrece la sexualidad, los encuentros rápidos y espontáneos son una forma más de disfrute. No es que se trate de elegir entre solo sexo rápido o solo sexo lento, sino que en la variedad está el gusto.El sexo rápido no desmerece la sexualidad cocinada a fuego lento, aconsejada para compensar de alguna manera el modelo habitual de sexualidad, centrada siempre en los genitales y en un coito rápido y sin ningún tipo de juego erótico. La clave está en que cada pareja decida el tipo de encuentro que desea”.

Las estadísticas muestran que los españoles acostumbramos a planificar en pareja nuestros encuentros sexuales y dedicarles su tiempo, pero la sorpresa es un factor muy estimulante. Diez minutos de desenfreno cuando la pareja se dispone a salir de casa valen más que una noche de sexo anodino. Sexo fugaz en un lugar insólito puede dar lugar a un orgasmo de esos que hacen historia. Este tipo de encuentros sexuales imprevistos y casi invisibles son síntoma, según Castro, de la excelente disposición sexual, tanto física como mental, de la pareja, y de sus ganas de innovar y de disfrutar plenamente. El momento es tan excitante que la lubricación, tan complicada para algunas mujeres, suele llegar instantánea. Sobran los minutos para ponerse a mil y lograr el orgasmo.

A pesar de que el sexo exprés se practica a veces de forma clandestina y sin que medie palabra, tomando como principal estímulo la novedad y la falta total de compromiso, cuando se disfruta con la pareja no debe tomarse como un acto puramente biológico, una descarga vacía de sentimiento o erotismo. Castro indica que el juego está sucediendo previamente en la mente y en la imaginación de cada uno de los amantes como anticipación al sexo rápido.
El resto llega solo. Es lo que tiene la pasión. Surge de improviso, uno se deja llevar y, entre insinuaciones, posturas, un lugar atrevido y alguna que otra fantasía inspiradora, la pareja acaba sin aliento en un tiempo récord. La única regla: que los dos estén de acuerdo.

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ELLAS

  • La mujer disfruta más del “fast food sexual”, dado que su cerebro, el órgano más poderoso de la sexualidad, consigue de antemano que el encuentro resulte excitante.
  • Su imaginación la predispone a la relación y la ayuda a que sea más deseable.
  • Si es un encuentro con un desconocido, aún debe aprender a protegerse contra secuelas emocionales, teniendo muy claro que el objetivo es el sexo y que seguramente no va a ir más allá.
  • Por fin empieza a superar el miedo a los juicios ajenos.

ELLOS

  • Sucede muy a menudo que cada uno, y más él, tiene la atención más centrada en satisfacer su propio placer en un tiempo récord.
  • Hay hombres a los que el sexo rápido en un lugar público les excita y les despierta su lado voyeur.
  • El sexo exprés aligera la presión que debe soportar cuando se ensalza la erección prolongada, casi inacabable, dándola como sinónimo del ego masculino.
  • Se juzga su precocidad si consigue un orgasmo rápido, mientras que a ella se le dice que es una máquina.

10 minutos y muchas posibilidades

  • Da rienda suelta a la pasión en lugares distintos del habitual.
  • Disfruta de un coito mañanero y desprevenido, con las pestañas aún pegadas y contrarreloj.
  • Vive el sexo rápido como colofón explosivo a un momento de máxima tensión o represión sexual.
  • Si sucede en el trabajo, no aparezcas con restos de carmín en la cara, el pelo alborotado, la corbata desaliñada o la bragueta bajada.
  • Deja que suba la adrenalina en un sitio prohibido y con riesgo de ser descubiertos. En esta ocasión, nada de ruidos ni de jadeos.
  • Si amas la emoción, hazte con una aplicación que te permita compartir los lugares donde haces el amor y los que visitaron los demás.

¿Quién no se ha preguntado alguna vez…
… alguna postura facilita el placer en este tipo de encuentros fortuitos?
El lubricante puede ser un buen aliado. También las posturas en las que la penetración y las caricias se hacen desde detrás, ya que favorecen que el pene toque la zona más erógena de la vagina.
… El sexo rápido debería ser solo ocasional? ¿Qué riesgos puede tener acostumbrarse?
Cada persona decide cómo quiere vivir su sexualidad, y este tipo de sexo es una opción más. Lara Castro advierte del riesgo de limitar el sexo a encuentros rápidos y tan centrados en los genitales.
… La práctica de la masturbación ayuda en estos casos a que el coito acabe pronto?
Más bien al revés. Algunas personas que se masturban con ayuda de estímulos pornográficos se acostumbran a los ritmos tan acelerados que marca la pornografía y van a necesitar más tiempo.
… Y si, a causa de las prisas, uno de los dos se queda sin orgasmo?
Algunos factores hacen muy probable que esto suceda: antidepresivos, consumo de alcohol y otras drogas, o algunas patologías, como la diabetes.

Redacción QUO