Hillary Clinton lo tenía todo a su favor: la experiencia, el respaldo de la cúpula de su partido, una imagen mundial de líder, dinero, incluso el viento de la Historia, al ser la primera mujer con posibilidades reales de alcanzar la Presidencia. Y sin embargo, resultó derrotada por un joven senador que no contaba con el respaldo del partido y que era casi un desconocido para el gran público cuando comenzó la carrera. Obama utilizó todas las armas a su disposición, las mismas que usó Hillary. Pero además, supo usar mucho mejor la red de lo que lo hizo su contrincante. Y en un momento clave, en las primarias de Texas, esto supuso la diferencia y volcó la carrera a su favor. El puesto de presidente de Estados Unidos convierte a quien lo ejerce en la persona más poderosa del planeta. Alcanzarlo, o al menos siquiera llegar a ser candidato (y tener una oportunidad real de alcanzarlo), es una tarea que lleva toda una vida y en la que se emplean todas las armas disponibles en el arsenal de un político. La historia de su vida, los logros legislativos, los libros que ha escrito, la familia, la religión, el servicio militar… incluso las tragedias personales de un aspirante se transforman en herramientas a la hora de obtener el apoyo popular; son los escalones virtuales del ascenso paulatino de ser casi un desconocido para los votantes a un candidato firme a la Presidencia. En las últimas elecciones, el elemento que se ha ido transformando en cada vez más decisivo, hasta convertirse en primordial, ha sido internet. Del mismo modo que en 1960 cuatro debates entre los dos aspirantes, el demócrata John F. Kennedy y el republicano Richard Nixon, convirtieron la televisión en un campo de batalla decisivo para la carrera electoral, en los últimos años la red ha aparecido como un elemento vital. En las elecciones de 2008 puede suponer la diferencia, y de hecho ya ha sido determinante. Internet ha permitido a Barack Obama ser el candidato demócrata, al facilitar su victoria en las elecciones primarias de su partido sobre la superaspirante Hillary Clinton. Y esto, porque ella no había contado con la tecnología.

Las Redes Sociales auparon a Obama
Tal y como contaba en un reciente reportaje Technology Review, la magistral utilización de internet en la campaña de Obama –y en concreto, de las llamadas redes sociales– supuso la diferencia que inclinó en su favor la vital elección de Texas, y desde ese momento todo cambió. En el Estado de la Estrella Solitaria, las reglas de elección de candidatos demócratas incluyen dos mecanismos: una elección por votación simple y una especie de mecanismo de votación asamblearia llamado caucus. En la elección por votación, los resultados fueron los esperados: Hillary se llevó el 51% de los votos, frente al 47% de Obama. Pero en los caucuses, que decidían un tercio de los delegados de Texas, Obama ganó por goleada. Así, al final Hillary Clinton obtuvo 94 delegados en Texas, frente a los 99 de Barack Obama; la diferencia que volcó finalmente la nominación demócrata. El resultado de los caucuses texanos se debió sobre todo a una página web, MyBO.com, y al ingenio de un hombre: Joe Trippi. Trippi empezó su carrera como técnico electoral del Partido Demócrata hace muchos años. Ha trabajado para multitud de candidatos, desde Edward Kennedy a Walter Mondale, Gary Hart, Dick Gephardt y John Edwards. Pero su nombre saltó a la fama al convertirse en el jefe de campaña del aspirante a la nominación demócrata en 2004 Howard Dean, quien presentó batalla al que finalmente se alzó con la nominación, John Kerry. En la lucha por la candidatura demócrata, Trippi empleó por primera vez internet a gran escala para la acción política de una forma coordinada. Aprovechando el éxito de redes sociales como Meetup y las posibilidades de recaudar fondos mediante tarjetas de crédito en la red, Trippi orquestó la recogida de pequeñas donaciones que aportarton a Dean más de 50 millones de dólares en fondos, un récord para su partido, y permitieron a su campaña renunciar a la financiación gubernamental y a los controles que conlleva. Hoy, la recaudación de donaciones por medio de internet es parte esencial de la financiación de ambas campañas. Pero no solo en el aspecto financiero los métodos de Trippi fueron pioneros. El uso de Meetup, una red social especialmente creada al efecto, para movilizar partidarios, superó cualquier expectativa. La novedad del método y el parecido de Meetup con redes sociales como Facebook atrajeron a numerosos jóvenes familiarizados con la tecnología, hasta entonces relativamente apáticos.

Redacción QUO