Un estudio reciente de la Universidad de Georgia (GU) muestra diferencias en la estructura cerebral de acuerdo a cómo las personas despiertan confianza en otros.
“La investigación podría tener implicaciones para futuros tratamientos de condiciones psicológicas como el autismo – asegura Brian Haas, autor del estudio y profesor del departamento de Psicología de GU –. Hay condiciones, como el autismo, que se caracterizan por un déficit en la capacidad de procesar el mundo social, una de las cuales es la capacidad de confiar en la gente. Nosotros hemos conseguido evidencia de que ciertas regiones del cerebro son importantes para la confianza, y si podemos entender cómo estas diferencias se relacionan con los procesos sociales específicos, entonces podemos ser capaces de desarrollar técnicas de tratamiento más específicas para las personas que tienen déficit en la cognición social.»
Para determinar las zonas implicadas, Haas y su equipo de investigadores realizaron un cuestionario a 82 voluntarios para saber cuan confiables se veían a sí mismo y también les mostraron retratos de otras personas, con gesto neutro, para que determinaran si merecerían su confianza. Con estos datos establecieron una medida de la forma en que cada participante confía en los demás. Una vez establecida la medida, tomaron imágenes por resonancia magnética de los cerebros de los participantes para determinar si la estructura del cerebro se asocia con la tendencia a despertar más confianza en los demás. Lo que encontraron fue que hay diferencias notorias en dos áreas del cerebro.
«El hallazgo más importante fue que el volumen de materia gris en las personas que confían más en los demás es mayor en el córtex ventromedial frontal, (la región que sirve para evaluar las recompensas sociales) y que la amígdala (relacionada con las emociones y la importancia que le damos a ellas) tiene un mayor volumen. Para Haas esto tiene lógica ya que “ Si algo es emocionalmente importante para nosotros, la amígdala nos ayuda a recordarlo”. El equipo de Haas planea realizar nuevos estudios para saber si la confianza se puede ganar y cómo y si nuestro cerebro es moldeable dependiendo del tipo de comunicación que tengamos con otros.
El estudio fue publicado en la revista NeuroImage.

Redacción QUO