En 1962, estando convaleciente de una operación de cadera, le extrajeron una muestra de sangre a Winston Churchill en el hospital londinense de Middlesex. Una joven enfermera llamada Patricia Fitzgibbon, pidió permiso para quedarse con los restos de aquella muestra y curiosamente se lo concedieron. Ahora, tras la muerte de la mujer, la sangre del que fue primer ministro de Gran Bretaña, ha salido a la venta.

La sangre de Churchill será subastada en el condado británico de Dorset el próximo 12 de marzo, junto a una declaración firmada de Patricia Fitzgibbon, en la que relata los detalles de cómo la adquirió. Los promotores de la venta esperan conseguir por ella una suma de entre 400 y 800 euros.

Uno de los empleados de la casa de subastas Duke’s, Timothy Medhurst, señaló que : «Es la primera vez que una pieza tan personal de Churchill sale a subasta. Esta sangre es un recuerdo conmovedor de una herida que marcó el principio de su declive, por lo que esperamos una gran expectación».

Redacción QUO