El keniata Mike Kegan fue el ganador en la última edición de la San Silvestre madrileña. Nada sorprendente por otra parte, ya que la superioridad atlética de estos corredores africanos parece indiscutible. Las causas de la misma son variadas y diversas pero, ahora, una reciente investigación realizada por Jordan Santos-Concejero, del Departamento de Educación Física y Deportiva de la UPV/EHU, y cuyos resultados se han publicado en la revista Journal of Applied Physiology, apunta una nueva razón por la que los keniatas no tienen rival cuando se calzan las zapatillas de correr: y es que su cerebro oxigena de una manera diferente y más efectiva.

El estudio se realizó con atletas africanos de élite y se observó que eran capaces de maneter un nivel de oxigenación estable durante las pruebas de largo recorrido. Cuando ese nivel desciende la actividad neuronal también cae, lo que podría explicar el descenso en el rendimientoque se ha observado en atletas europeos a mitad de la carrera. Pero como en los atletas keniatas no sufren esa caída en su nivel de oxigenación, su rendimiento deportivo no se ve alterado durante toda la prueba.

Las causas de esta oxigenación más eficaz hay que encontrarlas en la exposición prenatal que tuvieron esos atletas keniatas a la alta altitud, y en la gran cantidad de ejercicio físico que realizaron desde que eran muy pequeños.

Redacción QUO