La expresión «asesinos natos» podría tener algo de real. Un estudio realizado por investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo, y cuyos resultados se han publicado en la revista Molecular psychiatry, ha revelado la existencia de un vínculo entre la variante de dos genes y determinados comportamientos violentos y criminales del ser humano.

Los investigadores realizaron estudios genéticos a análisis genéticos a casi mil presos finlandeses, todos ellos condenados por delitos cometidos con distintos grados de violencia, y detectaron en todos ellos variantes de los genes MAOA y CDH13. Sorpendentemente, esas mismas variantes no se detectaron en otros reclusos que habían sido condenados por delitos no violentos.

El estudio revela que la variación del gen MAO está vinculada con unos niveles de dopamina muy bajos, un factor que contribuye a potenciar la agresividad. Además, los investigadores aseguran que esas dos variantes de dichos genes se detectan en los autores de un 10% de todos los delitos violentos cometidos en Finlandia.

Con todo, los investigadores aseguran que, aunque existan raíces genéticas en los comportamientos criminales, no se debe menospreciar la importancia las causas sociales, como el abuso de drogas o alcohol, la marginalidad…, en este tipo de hechos.

Redacción QUO