Edward Teller, padre de la Bomba de Hidrógeno.

Jim Knowlton, por su póster de anatomía Penes del reino animal.
Robert Faid, por calcular la probabilidad exacta de que Mijail Gorbachov sea el Anticristo (8.606.091.751.882 contra 1).
L. Ron Hubbard, fundador de la Cienciología, por su libro Dianética, “el cual según él resulta altamente beneficioso para la Humanidad, o al menos para una pequeña parte de la misma”.
James Johnston, de R.J. Reynolds, Joseph Taddeo, de U.S. Tobaccco, Andrew Tisch, de Lorillard, William Campbell, de Philip Morris, y el difunto Thomas E. Sandefur, Jr., presidente de Brown and Williamson Tobacco Co, “por su informe científicamente irreprochable al Congreso de los Estados Unidos de que la nicotina no es adictiva”.
Bernard Vonnegut, de la Universidad Estatal de Albany, por su informe «El cacareo de los pollos como medida de la velocidad del viento durante un tornado».
Jacques Benveniste «por su importante descubrimiento en Homeopatía, que indica que el agua no sólo tiene memoria, sino que esta información se puede transmitir a través de la Red Telefónica y de Internet».
Chris Niswander de Tucson, Arizona, por inventar PawSense, un programa que detecta si hay un gato andando sobre el teclado del ordenador.
Karl Kruszelnicki de la Universidad de Sídney, por realizar un examen comprensivo de la pelusa humana del ombligo.
El Vaticano, por su idea de subcontratar en la India un servicio de oraciones.
Francis M. Fesmire, de la Universidad de Tennessee por su informe «Interrupción del hipo con un masaje rectal dactilar».
Patricia Agostino,Santiago Plano y Diego Golombek, por descubrir que los hámsteres se recuperan mejor del desfase horario si previamente toman Viagra.
No obstante, el listado completo enumera otros trabajos que dejan por lo menos igual de perplejo.

Redacción QUO