La historia de las exploraciones polares está repleta de episodios trágicos. Uno de los más célebres es el que protagonizó el marino británico John Franklinn, cuya expedición, formada por dos barcos (el eresbus y el terror), desapareció sin dejar rastro en 1845 en las aguas del ártico canadiense, mientras trataba de explorar el llamado Paso del Noroeste, que comunica el Océano Pacífico con el Atlántico.

Numerosas expediciones trataron en vano de encontrar su rastro, pero solo lograron localizar las tumbas de tres de los miembros de la expedición. Franklinn, sus barcos, y el resto de sus hombres (129 en total), se desvanecieron en aquellas tierras heladas. Hasta ahora, porque un grupo de científicos canadienses ha comunicado el hallazgo de los restos de uno de los dos buques del aventurero, aunque aún no han sabido precisar de cual de ellos se trata.

«Encontrar el primer buque, sin duda, proporciona el impulso o el viento necesario en nuestras velas para localizar su nave hermana y averiguar más sobre lo que pasó con la tripulación de la expedición Franklin», declaró Stephen Harper., director del equipo que ha localizado los restos.

¿De qué murieron John Franklinn y sus compañeros? El análisis de los cuerpos de los tres marinos que se encontraron enterrados, revelaron que en su organismo había unos niveles anómalos de plomo, lo que apunta a que pudieron fallecer intoxicados por la mala conservación de sus latas de víveres. Pero también se realizó otro macabro descubrimiento. Sus huesos mostraban restos de cortes, lo que hace pensar que los supervivientes pudieron practicar canibalismo.

El misterio permanece, epro podemos estar un poco más cerca de su resolución.

Redacción QUO