1.- Ante la globalización, las tradiciones mantienen diferencias culturales en la comida y los festejos (como las 12 campanadas y el turrón) propias de un pueblo.

2.- Participar en la tradición te hace pertenecer a un grupo: “Yo soy de aquí”. Y eso es positivo psicológicamente.

3.- Ritos, como tomar las uvas y cantar villancicos, sostienen la tradición, y la identifican como propia. Suelen unir a todas las edades (de los niños a los abuelos) con las ventajas que proporcionan las pocas actividades que pueden realizarse en común.

Redacción QUO