De Antonio Egas Moniz se pueden decir muchas cosas: que fue el primer portugués que ganó el Premio Nobel, que presidió la reputada Sociedad Española de Neurología, que llegó a ministro de Exteriores en su país… Pero sobre todo se le conoce por haber sido el padre de la psicocirugía e inventor de la angiografía y la lobotomía, que tanto juego ha dado al cine de terror.

Lo que muchos probablemente no sepan, aunque en realidad tiene toda la lógica del mundo, es que ir por ahí hurgando en el cerebro de las personas (físicamente) tiene sus consecuencias. En 1938, cuando tenía 63 años, un paciente descontento le descerrajó ocho tiros y le dejó paralítico. Falleció en 1955 después de haber recibido el galardón más importante de la ciencia.

*Publicada en la sección #Quonectados Nº 213 de @QuoRevista

Redacción QUO