Así es como se hace llamar Yves Rossy, un ex piloto suizo que se ha convertido en el primer hombre que vuela con unas alas propulsadas por cohetes, creadas por él mismo (igual que el le­gendario Ícaro). Yves se lanzó en caída libre desde un avión, con sus alas plegadas. Cuando estaba a 7.000 pies de altura, desplegó sus artefactos y encendió los propulsores, con los que alcanzó una velocidad de 290 km/h. Rossy sobrevoló los Alpes durante siete minutos. Ahora, tras este vuelo de prueba, se propone afrontar un reto más temerario: cruzar el Canal de la Mancha.

Redacción QUO