ELLAS

  • El 15% de quienes la sufren son mujeres. Evolutiva y sociológicamente, la hembra es más conservadora, y su interés por tener más contactos es menor. Su campo de acción es más reducido, aunque el anonimato que permiten las redes sociales empieza a mermar la brecha entre estos porcentajes.
  • Hasta hace unos años, a la mujer con un impulso sexual compulsivo se la llamaba ninfómana. Hoy el término ha quedado obsoleto.
  • Para el psicoanalista Otto Fenichel, la adicción femenina puede delatar un trastorno de anorgasmia que la lleva a buscar en diferentes hombres la solución.

ELLOS

  • El 85% de los afectados son hombres. Aunque en cada caso hay que buscar una razón clínica, sí hay una evolutiva: el macho busca la cópula para preservar sus genes e intenta el mayor número de relaciones posible. Amplía sus relaciones por medio de la prostitución, conquistas en la calle, pornografía, etc.
  • En los hombres, el trastorno se denominaba satiriasis, y a quien lo padecía se le llamaba sátiro.
  • Algunos neuróticos se empeñan en demostrar un gran vigor genital por medio de una actividad sexual exagerada.

Redacción QUO