Es fácil hablar del futuro pero difícil calcularlo con exactitud. Ni menos si ese futuro es cercano, como lo es la fecha de 2025. Pero el proyecto FutureScapes se atrevió y reunió en Londres, en varias etapas, a visionarios de todos los ámbitos para algo aún más valiente: diseñar qué caminos tomar utilizando la tecnología para tomarlos, de modo sostenible pero sin perder empuje y capacidad de progreso.

Lo primero que hizo el Forum For The Future (apadrinado por Sony) moderador del proyecto, fue organizar una enorme tormenta de ideas que congregara la opinión y las propuestas de decenas de creadores, diseñadores, ingenieros, expertos en tendencias, sociólogos, tecnólogos y demás mentes preclaras. Se logró a base de varios talleres (workshops) a los que también se invitaba a participar a ciudadanos de a pie –a través de redes sociales pero también de modo presencial– para tomar el pulso a la percepción y a las necesidades del futuro de la población.

Esa conjunción de realismo e idealismo lograron prever qué cuatro escenarios podrían presentarse en 2025: Titularidad compartida, Supervivencia centralizada, Hiper-innovación, y Prosperidad redefinida.

En todos ellos, la preocupación de Sony y FutureScapes era la sostenibilidad de todas las ideas y propuestas que surgieran. Así que otra etapa interesante del proyecto consistió en definir el concepto de sonstenible. Además, fue el momento en que mayor participación tuvo el público espontáneo. Hubo quien, a través de Twitter, centró la discusión con gran tino: «Depende de en qué lugar del mundo lo preguntes y qué quieras sostener».

Y por último llegaron las conclusiones, hace muy poco. Con todo el afán de ser concretos y útiles a la sociedad, las ponencias se dividieron en cuatro y se crearon cuatro conceptos básicos: la plataforma IOTA, que permitiría manejar «la internet de las cosas»: un dispositivo llamado Wandular que sustituyera a móvil, tablet, etc… y que se autoactualizase sin necesidad de cambiar de aparato; la Hiper Ciudad, basada en la idea de «hi-tec, hi-nature» (alta tecnología, altamente natural); y la filosofía llamada «The shift» en la que la idea central es que la tecnología esté al servicio del hombre.

Redacción QUO