Ellos dicen: camine en línea recta durante 15 minutos y gire hacia el este. Ellas: siga hasta la escuela y gire a la derecha a la altura de la casa roja. Ambas formas de proporcionar la indicación conducirán a la misma tienda de comestibles, pero simbolizan también lingüísticas existentes entre los sexos que para muchos se esconden tras el argumento.

Deborah Saucier, profesora de neurología en la Universidad de Lethbridge, en Canadá, analizó estas diferencias lingüísticas en un estudio realizado en 2003. Observó que, tras examinar un mapa y preguntárseles cómo llegar a diferentes destinos, las mujeres normalmente ofrecen datos que incluyen lugares concretos y giros a la izquierda o derecha. Los hombres, en cambio, emplean los puntos cardinales y miden las distancias en minutos o kilómetros.

Algunos animales, como las palomas, tienen dosis extra de hierro en sus cerebros, lo cual les ayuda a dirigirse al polo norte magnético. Pero los mapas internos de los hombres, según Saucier, se remontan probablemente a nuestros antepasados remotos. En plena caza, había que internarse en territorios desconocidos y alejados del hogar para obtener la presa. Posiblemente tenían que utilizar la posición del Sol y su innato sentido de la orientación para hallar el camino de vuelta.

En cambio, la mujer prehistórica, dedicada a la recolección y vida sedentaria, probablemente encontraba el camino de ida y vuelta hacia las zonas con plantas más nutritivas utilizando hitos en el camino. En un estudio realizado por la Universidad de California, el psicólogo evolucionista Joshua New comprobó su teoría en un mercado de campesinos. Tras un recorrido por el mercado, las mujeres eran más precisas que los hombres en la localización de los puestos de venta que habían visitado, especialmente los que vendían alimentos con mayor contenido energético. Y utilizaban como hitos el resto de los puestos. Pero no hay un método mejor que el otro; simplemente son distintos.

Para compensar las diferencias de género, Saucier sugiere que se ofrezcan instrucciones siguiendo ambos métodos: «la gente se pierde mucho menos de esta forma», asegura.

Redacción QUO