«Algunos de los descubrimientos más maravillosos y emocionantes del mundo comenzaron como ideas estúpidas«. Es una de las afirmaciones rotundas que el físico Stephen Bosi realiza en un excelente artículo para ABC Science y no le faltan razones.

Bosi comienza animando a los investigadores a que se quiten de miedos y prejuicios a la hora de enfrentarse a retos intelectuales, «No tengan miedo de decir una estupidez, Einsten lo hizo y podéis observar que paso con él.» Para Bosi, la lógica es la mejor caja de herramientas para la razón, que lleva a un científico a elaborar una serie de supuestos que les permiten elaborar otra serie de conclusiones sólidas.

La cuestión es, que incluso en el terreno científico, es extraño cuando se comienza a partir de un conjunto completo de supuestos reales, por lo que las conclusiones obtenidas de forma lógica mediante procesos válidos rara vez son ciertas al 100%. Esta es una de las razones por las que la ciencia debe seguir avanzando y realizando experimentos, para así poder probar la certeza de las conclusiones teóricas. Si los experimentos contradicen las conclusiones, hay que volver a consultar la lógica. Si la lógica es correcta, hay que partir de cero y cambiar los supuestos originales desde los que se empezó. Y así. Un proceso complejo en el que por desgracia, la lógica por si sola es incapaz de generar nuevas hipótesis, por lo que, según Bosi «tenemos que confiar en la creatividad, al igual que un poeta, pintor, músico o escritor. No hay una receta segura para elaborar nuevas ideas o hipótesis sobre el universo, así que hay que depender de varias tácticas no muy fiables. Yo voy a describir tres, aunque sospecho que hay más».

Los 3 métodos ‘poco fiables’ de Bosi

Bosi propone 3 tácticas para intentar llegar a nuevas ideas o hipótesis. La primera propuesta del científico del Hospital Príncipe de Gales es la analogía: «Newton tomó leyes de Kepler sobre las órbitas planetarias alrededor del Sol y señaló las analogías con las leyes de Galileo llegando así a desarrollar las leyes de la mecánica y la gravitación. Sin embargo, Rutherford sugirió la aplicación de esas leyes a los electrones que orbitan alrededor del núcleo de un átomo -pero no bien-. Así que se necesita para desarrollar la mecánica cuántica para explicar correctamente los átomos.»

En segundo lugar, propone la clásica estrategia que siguen en las películas y las series de TV para resolver los casos: «Realizar laboriosamente una lista de todas las observaciones acerca de un fenómeno, hacer un montón de gráficos de los datos hasta que casi sin querer, aparece un modelo matemático que podría apuntar a una razón más profunda». No en vano, fue así, mediante la Teoría de la Deducción, como Mendeléiev desarrolló la tabla periódica de elementos químicos.

El tercer método propuesto por Bosi es «intentar algo estúpido», pues según él aplicando el primer y segundo método, totalmente tradicionales, los científicos «ven el problema con los mismos y cansados ojos atrapados en el pensamiento pre-existente». El físico de Sydney recuerda la historia vivida entre Einstein y Planck sobre unos fotones. Planck no se sentía para nada cómodo con la propuesta realizada por el genio de la física, por lo que la tachó de ser una banal construcción matemática que inexplicablemente daba el resultado correcto. Años después Planck tuvo que retractarse y Einstein recoger un Nobel a consecuencia de ello.

Suponemos que es en ese momento cuando Einstein acuñó la célebre frase:»Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo», invitación que vuelve a recordarnos Bosi. «Los científicos deben abrir un carril nuevo en nuestra mente, y más aún los jóvenes. No dejen que una buena idea se pierda por haber partido de un supuesto que consideran estúpido».

Redacción QUO