Ya va apretando el calor y en algunos lugares cuesta dormir. Lo canalla de la noche y el mito del rockero trasnochador se acrecenta en verano porque se presta más a desparramarse por esas terrazas nocturnas. Y por eso quizá la mezcla de noche y verano es un lugar común en la música del siglo XX y XXI.

El ejemplo más gráfico está en la sabia combinación de cine, música y calor que se da en la famosa película En el calor de la noche (1967, Norman Jewison), protagonizada por Sidney Poitier y Rod Steiger. Pero nos interesa más quién puso el tema principal. Ray Charles:

La película, ya se sabe, cuenta cómo un policía negro tiene que investigar un crimen en un pueblo de ese Mississippi de los 60 en el que aún campaba a sus anchas el Ku Klux Klan. La broma, quizá, está en que encargaran la banda sonora de una película con tanto contenido antirracista a un músico negro que se había negado a tocar en su propia casa, Georgia, porque el promotor quería separar al público negro del blanco en el recinto.

El que sí que vivía la noche y se entregó a la mezcla del calor, la noche y los vapores psicodélicos fue Jimi Hendrix quien, para imprimirle un aire más onírico y extraño a su Long hot summer night afinó la sexta cuerda de la guitarra de un modo que no le correspondía. En realidad, todos los arreglos suenan extraños, casi a pesadilla. Y así de inquietante sonaba el arranque:

Pero el verano y su noche son también el amor escondido e irrepetible que, cuando vuelves al highschool, se ha materializado en un hortera de playa…

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Redacción QUO